En el vídeo, un paseo didáctico y preciso de doce minutos por los estragos de la nevada en la Dehesa de la Villa, Andrés Revilla (ARBA) nos habla de la gran magnitud de los daños ocasionados, pero también da recetas para, volviendo a especies autóctonas como la encina, aprovechar la ocasión de ganar en biodiversidad.
El pino más abundante es el piñonero, aunque también hay pino carrasco, que ha aguantado mejor el envite de la nevada. Se encuentran también otras especies, como las propias encinas que otrora fueran las reinas del lugar, fresnos y almendros, más adecuados al ambiente de la Dehesa, según Revilla. En general, plantas de hoja caduca que han podido mantenerse en pie más exitosamente que los pinos y otras plantas de hoja perenne, como los aligustres.
En el vídeo, Revilla rescata de la nieve una pequeña encina que ha aguantado la nevada. “Ha llegado su momento”. La encina, según el experto, además de autóctona se adapta mejor a este tipo de eventos climáticos. “Podemos verlo en el monte de El Pardo, donde hay encinas rotas pero no hay una pérdida total de copas. Los pinos han cumplido su papel, han protegido el suelo de la erosión –muy importante por el tipo de suelo arenoso– pero ha llegado el momento de la encina”.
Distintas asociaciones y plataformas – las coordinadoras de la Dehesa de la Villa, Salvemos la Dehesa de la Villa o la propia ARBA– llevan décadas promoviendo plantaciones populares de encinas en la Dehesa de la Villa, en los últimos años con la participación del Ayuntamiento. Revilla añade a las encinas otras especies que considera adecuadas al parque, como los quejigos o los alcornoques.
Fuente: Somos Tetuán